Cuando sanar empieza con escucharte
- Paola Amaya

- 29 jul
- 3 Min. de lectura

Tatiana tiene 44 años. Llegó a consulta tras más de un año con un dolor persistente, de esos que no se ven, pero que desgastan todos los días. Hoy, 40 días después de haber iniciado su tratamiento conmigo, sus palabras reflejan un giro profundo en su vida:
"Ya no me despierto con las manos rígidas." "Puedo caminar sin que me duelan las caderas o las rodillas."
"No llegué del viaje con las piernas como globos... ni con el típico resfriado de siempre."
Pero su historia, como la de muchos, no comenzó allí.
🧬 Una historia de cuerpo cansado… y alma también.
Cuando conocí a Tatiana, su cuerpo hablaba desde hacía años:
* Dolor en articulaciones pequeñas (como las manos) y grandes (caderas, rodillas).
* Sueño interrumpido por tener que cambiar de posición cada vez que el dolor en la cadera se volvía intolerable. Despertarse como si no hubiera dormido nada.
* Rigidez matutina en las manos.
* Abdomen distendido casi a diario, mucho peor al comer ciertos alimentos o antes de la menstruación.
* Estreñimiento crónico, gases y diarrea cuando comía cosas muy grasas: un patrón típico del síndrome de intestino irritable.
* Retención de líquidos y cefaleas semanales.
* Fatiga constante y una niebla mental que afectaba su concentración y memoria.
Venía tomando Ashwagandha, Magnesio y vitamina D3, con algo de mejoría, pero su vida le dolía… y le pesaba.
📚 Una biografía que también duele
Tatiana cargaba con una historia que resonará en muchas mujeres:
* Sobrepeso desde la infancia. A los 28 años, ya obesidad.
* Dietas restrictivas desde muy joven, guiadas más por la crítica que por el amor propio: *"qué gorda estás"*, le repetía su madre.
* Una adolescencia marcada por el síndrome de ovario poliquístico, rinitis y migrañas desde los 15 años. * Dos cirugías estéticas que intentaron reparar su relación con el cuerpo, sin éxito duradero.
* Restricción voluntaria de agua para evitar ir al baño frecuentemente, porque sufría de "orinadera", lo que agravaba sus problemas digestivos.
Y, por encima de todo, una sensación persistente de estar cansada, desconectada, triste sin razón clara. Madre, pareja, líder en su empresa… y sin embargo, vacía por dentro. Con ansiedad, dificultad para concentrarse y una vida que no disfrutaba.
🌱 La transformación en 40 días: ¿milagro? No. Proceso.
Después de 40 días de intervención personalizada —basada en una **visión integrativa y funcional de la medicina**—, Tatiana ha logrado:
✅ Eliminar en un **90 % los dolores articulares**.
✅ Recuperar su **movilidad nocturna y su descanso**.
✅ Mejorar notablemente su **digestión y regularidad intestinal**.
✅ Liberarse de la **sensación constante de somnolencia**.
✅ Viajar sin **retener líquidos ni enfermarse**, algo que antes era habitual.
✅ Disminuir los **dolores de cabeza** de semanales a solo **una vez en 40 días**.
Todo esto sin medicamentos agresivos ni soluciones mágicas. Solo con una estrategia basada en lo más valioso: Escuchar su cuerpo, mirar su historia y tratarla desde la raíz. En consulta definimos un tratamiento enfocado en modular la reactividad de su sistema inmunológico - Su identidad-. Orquestar la sinfonía de su digestión y tomar acciones enfocadas en equilibrar los neuropéptidos detrás de sus emociones.
Hacer cambios en la alimentación, en su enfoque respecto a las cosas, corregir déficit de vitaminas y minerales, hacer medición y usar la medicina de precisión. Son algunos de los pasos.
En el caso de Tatiana, aunque la mejoría fue excelente, insistí en que se encuentra en el principio de el cambio. Tomaremos las acciones necesarias para asegurarnos que este bienestar no se quede únicamente en cosa de una buena temporada sino que exista un cambio en la configuración, no solo de su programación metabólica, inmunológica y hormonal, sino de sus carreteras neuronales.
💬 ¿Te identificas con Tatiana?
Quizás también estás viviendo con dolor, hinchazón, insomnio, fatiga, ansiedad o desconexión emocional. Tal vez has intentado suplementos, dietas, ejercicios... pero algo sigue sin hacer clic.
La buena noticia es que no estás sola(o). Lo que te pasa tiene una explicación. Y muchas veces, también una solución.
Mi enfoque como médico no es solo aliviar síntomas, sino entender *por qué están ahí*. Trabajar contigo, con tu historia y tu cuerpo, para recuperar tu energía, tu alegría y el sentido de tu vida.
🤝 ¿Y si empiezas hoy?
Si algo de la historia de Tatiana resuena contigo, quizá es momento de dar el siguiente paso.
Tu cuerpo está hablando. Solo falta que alguien te ayude a escucharlo bien
Agenda tu consulta. Empezamos desde donde estás y caminamos hacia donde quieres estar.



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